Siempre pensé que vestirme era un tema práctico. Ropa funcional, repetida, sin variaciones. Mis medias iguales, los mismos jeans, la misma camiseta del trabajo, los mismos zapatos una y otra vez. Casi como si la vestimenta fuera una parte neutra de la vida que no merecía demasiada atención.
Pero algo cambió. No sé si fue el deseo de construir una marca personal, de crecer hacia la independencia, o simplemente una parte de mí que estaba dormida y empezó a despertar. De repente me descubrí con ganas de buscar ropa diferente, de pensar en pantalones y no jeans, de mirar zapatos elegantes, incluso de considerar accesorios.
Y es que un simple cambio, puede hacer la diferencia. Un día de trabajo, decidí pasar por alto la polo negra de siempre y llevé una simple camisa de cuadros. La reacción fue inmediata: comentarios positivos, halagos, sonrisas. Y yo, que nunca le había dado importancia a eso, sentí una seguridad distinta. Una confianza que no venía de mis conocimientos, o personalidad sino de la forma en que estaba proyectando quién soy y quién quiero ser.
Es curioso, porque también descubrí que juzgo menos de lo que pensaba. Siempre me repetí que la ropa no me importaba en los demás, que no juzgaba. Y aunque es cierto en lo consciente, noto que mi instinto reacciona en ciertas situaciones: al cruzarme con alguien en la calle, al percibir peligro en una vestimenta determinada. Reconocerlo es aceptar que todos, de alguna forma, cargamos con prejuicios.
Hoy me doy cuenta de que vestirse no es superficial. Es un acto de identidad. Es decidir si me visto como soy ahora, o como la persona que quiero llegar a ser. Y ahí encontré un estilo que me atrae: minimalista, sofisticado, práctico y moderno. Algo que me permita comunicar claridad, accesibilidad y, al mismo tiempo, un estatus que inspire confianza.
Mi mantra es simple: “Lo que visto refleja lo que soy.”
Un recordatorio que quiero tener presente cada vez que abra el clóset, que compre una prenda o que me mire al espejo.
Y tú, ¿qué tanto lo que vistes refleja quién eres o quién quieres ser?